jueves, 6 de enero de 2011
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En un inicio que no es tan exacto (pudo ser antes pudo ser después) una oruga se paseaba por el bosque de manera lenta, pues su anatomía no le permitía mayor agilidad, a su paso dejaba huella en los residuos de barro que estaban húmedos aún, por la lluvia constante de esos días.
Todo estaba en calma y la oruga tenía miedo, alguna vez había oído que “después de la tormenta viene la calma” y supuso que esa premisa podía tomarse de manera contraria, así la calma la asustaba más que la tormenta.
Después de un largo recorrido llegó a la laguna, el agua reflejaba el sol y la oruga se reflejaba en el agua. Todo era tan estático como la imagen en una fotografía, el frío congelaba su pequeña estructura, la niebla le opacaba la mirada.
Quieta y en ese lugar se dio cuenta de sus pocas cualidades físicas, vio como sus carencias se diluían hasta el fondo de esa mezcla de hidrogeno y oxigeno, lloró durante tres días sin darse tiempo para dormir o buscar comida; el sol, la luna y algunas ranas eran su única compañía y rogó al Dios de la belleza que le diera ese gran don, su petición no fue concedida pues la divinidad pensó que la oruga no estaba preparada para ser bella.
¿Qué hago ahora? pensó y solo el silencio le contestó, entonces con esfuerzo se deslizó y fue a dar al fondo del agua, donde permaneció casi inmóvil por un mes, tratando de ocultar su minúscula y poco estética figura peluda. Una noche observó a un hermoso pavo real que se acercó a tomar agua de la laguna, a la que algunos de adjudicaban el gran poder de otorgar sabiduría y concluyó que la mejor forma de estar preparada para que el Dios le concediera belleza era ser sabia, tomándose así toda el agua de la laguna.
La sequía acongojó a todos los animales del bosque, algunos murieron y la oruga sin sentirse más sabia se puso pesada, dificultando al máximo la tarea de desplazarse; el pavo también sufrió con la falta de agua y volvió al lugar pretendiendo encontrar alguna gota que lo ayudara a aliviar la resequedad de su pico.
Allí se encontró con la desdichada y ahora corpulenta oruga que lloraba desconsoladamente y le preguntó por la causa de sus angustias, a lo cual la oruga respondió contundentemente: ¡¡¡mi monstruosidad!!! , el pavo pensó que la oruga estaba desvariando a falta del preciado líquido, pues el la veía hermosísima y no dudo en expresárselo. La oruga pensó que esa sería su oportunidad para ser hermosa así que sedujo al inocente plumífero quien cayó rendido a los extraños encantos del animal.
Zeus el Dios de dioses, se enojó muchísimo por el comportamiento de aquel animal que deseaba cambiar, pues había usado los poderes del amor para su propia conveniencia, así convirtió a la oruga en la más bella criatura combinando los colores de las alas del pavo y su cuerpo como elemento central, para que nunca olvidara que aunque había cambiado y sus alas eran majestuosamente hermosas ahora, en esencia iba a seguir siendo la misma oruguita que un día soñó con ser bella.
deberían que colocar el nombre científico de la mariposa